domingo, 10 de julio de 2011

Sobre el respeto


 El respeto.. el tan ansiado respeto.. ese al que todo el mundo aspira y espera.. porque respeto merecemos todos, todas las personas, todos los niños, todos los ancianos (si, hay que especificar porque parece que a veces los niños y los ancianos no son personas) incluso los animales merecen respeto! Acabemos diciendo que todos los seres vivos merecemos respeto. Como veis, es un tema harto amplio este del respeto. Como os pedreis imaginar, aqui nos vamos a centrar en el respeto entre padres e hijos.

Pero vamos a ver.. ¿que es el respeto? En seguida me viene a la mente la imagen del tipico padre recto y autoritario exigiendo respeto a sus hijos y consiguiendolo a base de castigos, humillaciones o privaciones. Pero este "respeto" en realidad no es respeto, es miedo. Miedo de los hijos a las consecuencias si no hacen lo que el padre espera. Estos hijos nunca aprenderan de su padre lo que es respeto. Este padre nunca conseguira el respeto de sus hijos. Porque este padre no respeta a sus hijos.

El respeto es el reconocimiento y aceptacion de las necesidades y sentimientos del otro (si hablamos de respeto a alguien o a algo) o de uno mismo (refiriendonos al respeto por uno mismo). Asi de sencillo! Y esto llevado al terreno de la crianza sigue siendo igual de sencillo (en teoria, claro). Si tenemos en cuenta que los niños aprenden sobre todo del ejemplo, la mejor forma de conseguir hijos respetuosos es siendo nosotros mismos respetuosos. Respetuosos con ellos, respetuosos con nosotros mismos, respetuosos con el projimo y con la vida.

Una buena conexión con el niño, un apego seguro con nuestro hijo, nos permite estar más conscientes de sus necesidades y sentimientos y, por lo tanto, poder responder desde el respeto. Me parece interesante hacer notar el hecho de que muchos padres no son conscientes de la forma en que se relacionan con sus hijos, no se dan cuenta de que sus hijos podrían recibir de su parte un trato más respetuoso y.. me atrevo a decir que todo cambiaría radicalmente. También creo firmemente que para ser capaz de respetar las necesidades y sentimientos del otro, primero es necesario cubrir nuestras propias necesidades y atender nuestros propios sentimientos. Esto implica un trabajo personal. Así que como vemos, esto del respeto no es algo trivial.. pero merece la pena hacer el esfuerzo.

Según dónde nos encontremos, el cambio de paradigma puede ser brutal. Se trata de atender con prontitud el llanto del bebe, acompañarle y darle seguridad en la oscuridad de la noche, poner a su disposición el cálido pecho y los amorosos brazos, acompañarle en su incansable necesidad de exploración, confiar en que cuando tengan hambre comerán y cuando estén saciados pararán, confiar en que cuando tengan frío se pondrán la chaqueta y cuando tengan calor se la quitarán, no ceder a la presión del que dirán cuando no quieren compartir su juguete nuevo con otros niños, dar validez a todos su sentimientos, también a los que esta sociedad considera negativos como la ira, tristeza, ..., respetar y apoyar su decisión de saludar, despedirse o besar a gente que para ellos pueden ser desconocidos, respetar su decisión de no recoger los juguetes en el momento en el que se lo pedimos, NO DAR ORDENES SINO HACER PETICIONES.. y podría seguir hasta el infinito porque son infinitas las situaciones que podemos vivir.

Los que frecuentamos los parques podemos ver a menudo escenas del tipo: una madre cogiendo a un bebe rojo de llorar en el cochecito mientras dice "ah, claro, esto es lo que querías verdad? que te cogiera", una señora diciendo a un niño (que no tiene ni por qué conocerle) "uy que feo te pones cuando lloras", una madre diciendole a su hijo que si no se come todo no hay helado, un padre quitándole el juguete a su hijo para darselo a otro mientras argumenta que tiene que aprender a compartir, una niña gritando porque su abuela le está poniendo la chaqueta a la fuerza, un niño que se cae y rompe a llorar mientras todos a su alrededor le dicen "venga, que no ha sido nada", un padre dandole un manotazo a su hijo a la vez que le dice "no se pega".. amenazas de irse a casa e incluso azotes. Muchas de estas típicas situaciones darían para un post ellas solitas pero solo quería resaltar lo terriblemente habitual (que no normal) que es tratar sin respeto a los niños.

Algo que nos puede servir de guía o recordatorio a la hora de tratar con respeto a los niños es "tratarlos como tratarías a un adulto". Por ejemplo, a mi pareja le puedo decir después de cenar "puedes recoges la mesa, cariño?" y el me puede contestar que no, verdad? pues bién, independientemente de cómo me siente en ese momento su respuesta, tengo que aceptarla.. jamás le amenazaría con dormir en el sofá o con que hasta que no la recoja no puede ver la tele (suena hasta gracioso :oD). Pues lo mismo cuando le pido a mi hija que recoja los juguetes. En ambos casos puedo ser yo la que acabe recogiendo la mesa o los juguetes si quiero que quede recogido. La necesidad de orden en ese momento es mia, ni de mi pareja ni de mi hija. Podemos trazar estrategias para que se satisfagan las necesidades de todos y estas estrategias serán diferentes, claro está, según se trate de un adulto o de un niño.

Y con este ejemplo enlazamos con el respeto hacia nosotros mismos. El hecho de que yo como madre respete las necesidades y emociones de mis hijos no debe anular mis propias necesidades y emociones. Desde el respeto debemos transmitir, siempre teniendo en cuenta el grado de desarrollo y la capacidad de comprensión de nuestros hijos, nuestras propias necesidades, y buscar las estrategias para que todos salgamos ganando. Por supuesto que las necesidades de un bebe son mucho mas apremiantes que las nuestras pero enseguida nuestros hijos cumplen 2, 3, 4 añitos y son capaces de recibir un "cariño, mama necesita estar segura de que no te va a pasar nada al cruzar la carretera, tu no me quieres dar la mano para cruzar.. como podemos hacer para cruzar de forma segura?" Si les damos la oportunidad nos sorprenderán con su ingenio para encontrar soluciones.

Y cuando surjan conflictos, y cuando dudemos, y cuando otros nos auguren una vida catastrófica si seguimos tratando asi a nuestros hijos, recordemos que nunca el amor y el respeto han creado monstruos.

8 comentarios:

  1. Me ha encantado lo que he encontrado en tu blog, así que me tendrás por aquí de vez en cuando. Te he descubierto gracias a Lactando Amando.
    Totalmente de acuerdo contigo. ¿Cómo puedes querer que tu hijo sea respetuoso cuando le estás faltando tu al respeto? Uno más de los miles de mensajes contradictorios que les hacemos llegar. El ejemplo es el mejor maestro.
    Encantada tocaya!

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  2. Muchas gracias por tus palabras, Carol. Es un placer y un honor tenerte por aqui. ;)

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  3. Hola Carol,
    Creo que ahí está toda la clave de toda la crianza (de toda relación realmente): respeto y confianza
    Abrazos!

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  4. MaGiA, estoy de acuerdo contigo.. creo que sobre los cimientos del respeto se crean relaciones saludables, sinceras y enriquecedoras.

    Besos!

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  5. Qué cierto me parece lo que relatas, Carol. El respeto es reconocido de tantas manera diferentes que cada cual le acaba atribuyendo el valor que considera. Confiemos en nuestros hijos y ellos solitos nos enseñarán a respetarlos!

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  6. Cocolina, que esclarecedor lo que dices.. "Confiemos en nuestros hijos y ellos solitos nos enseñarán a respetarlos!" Preciosa forma de buscar el respeto, confiando..

    Besos!

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  7. Qué cosas tan importantes nos cuentas, y qué de acuerdo estoy contigo! Gracias por compartir esta visión de las cosas con nosotras. Besos!!

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